Cuentos de hadas en el cine
Cuentos de hadas en el cine | Resulta paradójico que en estos tiempos que corren proliferen películas con temática fantasiosa, pero recordemos que, en los peores momentos de crisis, el escritor utiliza el escapismo como recurso literario. De ese modo, embauca al lector en un entorno agradable, en el que dejar volar la imaginación, transportándole a un mundo menos hostil que aquél en el que se encuentra. Recordemos el episodio vivido por Arthur Conan Doyle y unas supuestas hadas durante la I Guerra Mundial.
Es por ello, quizá, que el próximo mes de julio (se barajó en principio el mes de febrero) se estrena una nueva versión de Cenicienta (Cinderella), de Kay Cannon, en esta ocasión marcada por el género musical y caracterizada por la cantante Camila Cabello.
Los cuentos de hadas en el cine han tenido mucha aceptación por un público esencialmente femenino a lo largo de la historia. El concepto de hada viene del término hado, fatum o destino en latín, y se las representaba con alas de mariposa, alma de niña y centrando su atención en los elementos naturales que le sirven como vínculo con los humanos, como es el caso de la famosa Campanilla de Peter Pan.
Las hadas madrinas evolucionan del francés fée marraine, ya que el concepto de madrinazgo está anexo al acto de apadrinar o proteger a seres de cualquier elemento adverso que pueda cruzarse en su camino e, incluso, son las responsables de hacer realidad los sueños de aquellos a quienes protegen. Sus antecesoras son las parcas, lo cual se refleja en La Bella Durmiente y su relación con el hilado.
Esta figura se transmitió a la cultura cristiana en el acto de ser padrino o madrina de bautizo, siendo responsables en caso de ausencia de los progenitores. Por ello, cuando en un relato aparece esta figura es debido a la ausencia materna o paterna, incluso a la de ambos.
Dependiendo de la cultura de la que proceda, su comportamiento se mostrará de diferente manera. Así, en los cuentos preciosistas cuidan del buen hacer y el destino de sus protegidos, como en el caso de Cenicienta. Mientras, en la creencia folclórica, miran por el bien propio, como hace el Hada Madrina de Shrek, obsesionada por el casamiento de su hijo con Fiona.
Su creación viene de la mano de Madame D’Aulnoy, en la época del preciosismo o antesala del Clasicismo francés.
Charles Perrault también es autor de muchos de los cuentos que han llegado a nosotros por tradición oral o gracias a autores más conocidos, como los hermanos Grimm, que popularizaron los relatos. Cabe decir que, con el tiempo, se han ido suavizando para mantener un ambiente almibarado de cara a un público infantil, fundamentalmente en el buen hacer de Walt Disney.
En el mundo cinematográfico se pueden encontrar algunas de las versiones en las que toma protagonismo este mágico personaje.
En 1940, aparece el hada azul en la película que firma Disney, Pinocho, y regala a Geppeto la oportunidad de convertirse en padre de una marioneta de madera creada por él mismo, que cobra vida gracias a su varita mágica (elemento muy característico en este personaje).
No es hasta casi veinte años después que Disney nos presenta a las entrañables Fauna, Flora y Primavera para proteger la vida de una princesita llamada Aurora, que ha caído en las fauces de Maléfica, en La Bella Durmiente. Curiosamente, en 2014, el personaje de Maléfica (Angelina Jolie) tornará de malvada a protectora de la joven hechizada.
En El Mago de Oz (1939), Dorothy (Judy Garlan) es ayudada por el Hada Buena, guiándola por el camino de baldosas amarillas para encontrar al gran Mago de Oz.
El Hada Madrina de Shrek (2001, 2004, 2007), con sus malas artes y la firme idea de conseguir todo lo que se propone.
El hada novata (1997) nos muestra por primera vez la figura de un hombre graduado en la escuela superior de hadas madrinas (Martin Short), enfrentándose con una bruja mala, encarnada por Kathleen Turner.
Lucinda en Ella Enchanted, que en 2004 mostraba a una obediente Anne Hathaway, llevando a escena el personaje de la autora Gail Garson Levine.
Incluso existe una versión en clave de humor (Hada por accidente), donde un duro jugador de hockey (Dwayne Johnson) se convierte en hada con un atuendo ridículo.
Pero, sin duda alguna, la protagonista de todos los relatos de hadas es Cenicienta, desde su versión más antigua, posiblemente de origen oriental, a la que escribió Perrault o su versión más cruda de la mano de los hermanos Grimm.
Disney nos colmó de bienes en 1950 creando una película de animación y quedamos hechizados por su dibi di dabi dibú. En otras como en Cinderfella (1960), encontramos cambio de roles y el protagonismo de Jerry Lewis. Ever After (1998), protagonizada por Drew Barrymore, que estaba ambientada en la época renacentista, y en 2015 el director Kenneth Branagh, acompañado de actrices de la talla de Cate Blanchett y Helena Bonham Carter, se embarcaba en el proyecto homónimo, sin obtener el éxito esperado.
La combinación de animación y actores reales dio como resultado una divertida y entrañable comedia en la que Amy Adams daba la réplica al personaje con una mala, malísima, Susan Sarandon en Encantada (2007), cuya secuela se espera para el próximo año 2022.
Pero también en el cine tuvieron cabida las exégesis teenagers como Cenicienta moderna e incluso se atrevieron con la saga. Por otro lado, la televisión no quedó exenta de creaciones como Cinderella (1997), con Whitney Houston y Whoopi Goldberg.
El proyecto que plantea Sony, escrito y dirigido por Kay Cannon, tuvo que ser interrumpido a causa de la pandemia, pero fue retomado para traerlo a nuestras pantallas el próximo mes de julio: aunque no pongo todas mis esperanzas en la cinta, cuando menos, nos quedará el hecho de que la música calma a las fieras y alegra el espíritu, un bien muy preciado en estos días.
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