58º Festival de San Sebastián
58º Festival de San Sebastián | Gana Neds, de Peter Mullan, en una competición con un nivel medio muy mejorable. Mucho tendrá que trabajar el Festival donostiarra para lograr que el certamen recupere nivel y atraiga películas de más peso.
Del núcleo duro del Festival, la Sección Oficial, no se puede decir que haya tenido mucho peso. Que la discreta película británica Neds, de Peter Mullan, fuera la gran triunfadora del certamen (Mejor Película y Actor), sin que hubiera grandes mosqueos de la crítica acreditada, es toda una señal. Fuera de Pa negre (Pan negro), de Agustí Villaronga (que se llevó el premio a la Mejor Actriz para Nora Navas) y Misterios de Lisboa (que obtuvo la Concha de Plata al Mejor Director para el chileno Raúl Ruiz) no había mucho más que premiar. Decepcionó un John Sayles en horas bajas, así como el noruego Bent Hamer de Home for Christmas (Premio al Guión), que no es el de Kitchen stories. El Premio Especial del Jurado a Elisa K es una faena de aliño del jurado presidido por Goran Paskaljevic, al que acompañaban José Coronado, Lucy Walker, Jo Allen, Raya Martin, Claudia Llosa y Pablo Trapero.
Al menos el Festival ha resultado estimulante en algunas de las secciones no oficiales. En “Zabaltegi” pudimos ver una muestra más de la grandeza del cine coreano actual gracias a la sencillez lírica de la película Poetry (premio al Mejor Guión en el último Festival de Cannes).
También disfrutamos con una de las comedias norteamericanas mejor dialogadas de los últimos años: Happythankyoumoreplease, del primerizo Josh Radnor, uno de esos jóvenes talentos (36 años) de los que habrá que estar pendientes. Y es que su innombrable película es una comedia magníficamente interpretada, tan divertida como emotiva. Y eso que corren unos tiempos excepcionales para ese delicioso género (500 días juntos, Up in the air). El Victoria Eugenia aplaudió y rió con ganas durante casi dos horas que se pasan volando con esta radiografía optimista y emotiva de la juventud actual en período de tomar decisiones.
Pocas estrellas en esta edición del Festival. Apenas Julia Roberts, esa chica que la gente sólo pudo ver unos segundos y de lejos en la entrada del Hotel María Cristina. Toda una afrenta a un público generoso que abarrotó las salas de cine para ver los cursis, racistas y gélidos 139 minutos de su película. Come, reza, ama es una de las peores cintas de su filmografía y una auténtica intrusa en una Sección Oficial de un Festival de categoría A. Menos mal que Televisión Española (patrocinadora del Festival) retransmitió en directo la entrega del Premio “Donostia”: una ceremonia sencilla pero en la que al menos pudimos ver a Julia, muy bien presentada por un vídeo-resumen de su carrera cinematográfica.
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